albertestrader.com

Hola,

Bienvenido/a a mi web

Déjame hacerte una pregunta rápida:
Si te ofrecieran 10 millones de euros, ¿los aceptarías?

Probablemente sí.
Ahora imagina que hay una condición:
al cabo de 24 horas de recibir el dinero, tu vida termina.
Solo tienes un día para disfrutarlo.

¿Aceptarías?

Seguramente no.
Acabas de valorar 24 horas de tu vida por más de 10 millones de euros.
Y, sin embargo, la mayoría vivimos como si el tiempo no tuviera valor.

Nos pasamos la vida esperando:
el fin de semana, las vacaciones, el ascenso, el momento perfecto…

Y mientras tanto,
seguimos pensando en lo que hicimos mal,
en aquella oportunidad que no aprovechamos,
en una relación que ya terminó o en una decisión que ya no tiene marcha atrás.

Nos castigamos mentalmente por cosas que ya no podemos cambiar,
como si revivir el pasado pudiera reescribirlo.

Y al mismo tiempo,
dejamos de disfrutar el café de esta mañana,
la conversación con alguien que queremos,
o el simple hecho de estar aquí, vivos, ahora.

Vivimos atados al pasado o proyectados al futuro,
olvidando que la única realidad que existe es el presente.

El sistema no nos enseñó eso.
Nos enseñaron matemáticas, lengua, historia, plástica…
pero nadie nos enseñó a vivir, a entendernos,
a gestionar nuestras emociones, a emprender,
ni a cuidar nuestra salud mental o financiera.

Y es irónico:
dedicamos años a aprender cosas que olvidamos,
pero nunca nos enseñaron lo esencial.

Con el tiempo, he descubierto herramientas, ideas y reflexiones
que me ayudan a vivir con más claridad, propósito y libertad.
Y eso es lo que comparto, sin filtros,
a través de mis emails privados.

Conceptos que a mí me cambiaron la forma de ver la vida.
Por ejemplo:
entender que no somos nuestros pensamientos,
sino quienes los observan.

Porque ese diálogo interno que nunca se calla, esa voz que juzga, que compara, que teme,
no eres tú.
Es solo una narración automática creada por tu mente
para intentar protegerte.

El problema es que hemos vivido tanto tiempo identificados con esa voz,
que confundimos sus miedos con nuestra identidad.

Pero cuando aprendes a observarla sin reaccionar,
descubres algo muy liberador:
que puedes elegir qué pensamientos creer y cuáles dejar pasar.
Y ahí empieza la verdadera libertad mental.

Por eso, muchas de estas reflexiones no las comparto en redes.
Porque hay cosas que necesitan tiempo, contexto y profundidad,
y eso no cabe en un reel de 30 segundos.

En mis emails privados puedo ir más allá,
hablar sin filtros, con calma,
y decir lo que en redes no siempre se puede decir.
(ya sabes por qué..)


Envío estos emails unas tres veces por semana, sobre las 14:45.
Cada día que no estás dentro, es un mensaje que se pierde.
Y no se reenvía.

Unirte es gratis.
Salir también.
Solo deja tu dirección y te llegará el primer email ahora mismo.

Feliz día

Albert

ㅤㅤ

Puedes darte de baja en cualquier momento. Ver Política de privacidad

Sobre mí

Antes de contarte quién soy, prefiero decirte quién no soy.
No soy psicólogo.
Ni coach.
Ni pretendo serlo.

Solo soy alguien que se dio cuenta, con los años,
de que el sistema no nos prepara para vivir.

Nos enseñan a memorizar, a aprobar, a encajar.
Pero no a entendernos, ni a descubrir nuestro propósito,
ni a construir una vida con sentido.

Yo mismo perdí la mejor década de mi vida profesional, de los 20 a los 30,
trabajando en un sector que no me gustaba: la ingeniería civil.
Aguantando rutinas vacías, repitiendo semanas que no me motivaban,
siguiendo un camino que alguien había diseñado por mí.

Lo único que hizo el sistema fue clasificarme,
como a un pollo en una cinta transportadora:
macho, hembra, números o letras.

Y cuando por fin decidí salir de ahí, entendí algo esencial:
que no estamos rotos, simplemente nos faltan herramientas.
Herramientas reales para pensar, sentir, crear y vivir mejor.

Por eso hago lo que hago.
Comparto ideas, aprendizajes y perspectivas
que me hubiese gustado tener cuando empecé.
No para enseñar, sino para provocar reflexión.
Para devolver a la sociedad un poco de lo que el sistema nos negó.

Lo hago de forma filantrópica,
porque mi trabajo principal está en otro ámbito: el marketing.
Concretamente, ayudo a profesionales con experiencia real
a convertir su conocimiento en formaciones digitales.

Lo hago porque creo firmemente que el presente, y el futuro,
pertenece a quienes enseñan desde la experiencia,
no desde programas formativos vacíos o caducados.